Desde que el ser humano habita la tierra ha requerido movilizarse para satisfacer sus necesidades esenciales y generar una interacción socioeconómica. Sin duda, el transporte ha sido parte esencial de la dinámica urbana y ha contribuido en el progreso y desarrollo de la sociedad. Sin embargo, en las últimas décadas, las medidas adoptadas para mejorar la conectividad social de una ciudad a través de diferentes modalidades de transporte, ya no están aportando de manera eficiente como solución a la creciente demanda de viajes.
La distribución del espacio público, que ha priorizado al vehículo por encima de las personas; los excesivos tiempos de desplazamientos y los indignantes niveles de incomodidad; asociados a la contaminación ambiental y los niveles de inseguridad; llevaron a la comunidad a repensar sus modelos urbanos para establecer nuevos enfoques y mecanismos de política pública, orientados fundamentalmente a las personas.
Un Transporte Humano es poner al ser humano en el centro de las atenciones en la política pública.
Las ciudades de Bolivia deben empezar a planificar sus programas para mejorar las condiciones del transporte urbano.