llegaremos hacer personas de la tercera edad, momento en que nuestras capacidades de movilidad se habrán debilitado. Es muy usual ver en las ciudades, como las personas de la tercera edad se encuentran desplazadas por sus sistemas de interacción social, simplemente porque no están adaptadas u orientadas para ellos. Por ejemplo, se observan a muchos ancianitos cuyas piernas no andan tan bien como antes, subir lentamente y con cuidado al transporte público, pero antes de que puedan encontrar un asiento, los vehículos arrancan con prisa, provocando su desestabilización y caídas. Esta es una de las principales razones por las que los adultos mayores se desvinculan cada vez más de la sociedad a medida que van envejeciendo.
Por eso debemos pensar en ciudades para todos, es decir en ciudades para nuestros abuelitos y abuelitas. Debemos pensar con empatía, en construir ciudades amigables para las personas de la tercera edad.


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