Nuestra salud depende de nuestros hábitos alimenticios, de la actividad física que realizamos, y la incidencia psicológica del entorno social; estos aspectos están directamente relacionados con el diseño de las ciudades.
La vida urbana plantea desafíos que exigen repensar la forma en que planificamos los entornos urbanos. Las ciudades deben ser implementadas pensando en una vida saludable para las personas: áreas verdes, espacios de esparcimiento, reducción de contaminación, reducción de la contaminación acústica y visual; es decir lugares donde vivir bien y estar sanas.


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